En su trabajo reciente Jaime Tarazona se desliga del monolito presente en su obra anterior para continuar su exploración de la modernidad a partir de un estudio de las aves, una metodología de observación que plantea una pregunta sobre la evolución de la imagen en relación con nuestro deseo de representar lo intangible. Así, la mirada a los pájaros, la apropiación de la iconografía que se asocia a su representación y el análisis en detalle de su capacidad de vuelo busca hacer visible, desde lo plástico, esa pulsión de energía propia de los seres vivos.