En el 2007 Omar Rodriguez-Graham pintó dos piezas tomando como modelo una imagen procedente de la nota roja en la que se ve el rostro de un cadáver que no tiene piel. Las dos obras llevan el mismo título: Le Robaron la Cara, sólo que la más pequeña está dibujada con gis blanco sobre madera negra y la otra está pintada, en color, al óleo sobre tela. En ambas piezas es prácticamente idéntica la política de encuadre,
salvo que la de color presenta mayor juego de texturas en tanto la primera es más lineal y diagramática. Una interpretación rápida de estos trabajos debe recordar que en el núcleo del statement que el artista ha sostenido desde el principio de su carrera, se encuentra la idea de que el objeto de la pintura no es tanto la iconografía sino el despliegue pictórico en sí.