En memoria de un gato que no tuvimos se ubica en el terreno de la ficción para provocar en el espectador nuevas circunstancias. Momentos que surgen a partir de la mirada y del tránsito entre sus piezas: la extrañeza de encontrar animales que comienzan a mutar y balancearse, seres híbridos que quedaron atrapados como imágenes instantáneas. Tensiones visuales e insinuaciones de narrativas son las acciones que se reflejan en las piezas del artista. El objetualizar la memoria y guardar el equilibrio, se transforman en recursos formales y plásticos que aluden a un tratamiento cuidadoso de la disciplina escultórica.