Después de culminar su maestría en la Academia de Bellas Artes de Amberes, Bélgica, Juan Rodríguez Varón cuestiona la representación, aproximándose a una abstracción radical donde no se encuentran semejanzas figurativas que indiquen sus referentes. Las pinturas que conforman La luz es amplitud, surgen de un ejercicio de observación de las cualidades de objetos o de la naturaleza; su volumen, sus colores, sus posibles transformaciones y su relación con el espacio. Trasladar esa sensibilidad que el artista tiene al percibir, es un modo de traducción que implica interpretar lo que nos rodea; pues, según el artista, nuestra realidad en algunos casos parece una pintura en sí misma.