Arte y ciencia se encuentran en una exposición que nace del interés botánico del artista y de la exploración de los fenómenos lumínicos. La indagación de las luces infrarroja y ultravioleta, de la fluorescencia y de la absorción de la luz, permite la representación de las flores salvajes. La obra de Esteban Peña revela la complejidad cromática de estas especies e invita a contemplarla.