Venationes es el nombre que recibían los espectáculos celebrados en las arenas públicas de la Antigua Roma.
Esta forma de entretenimiento, basada en el asedio y posterior muerte de animales salvajes y exóticos, tenía como objetivo demostrar poder y autoridad frente a los mismos, considerados inferiores y por lo tanto sometidos al dominio del hombre. Dichos eventos eran representados a manera de pinturas y mosaicos, siempre resaltando la superioridad de una de las partes. Sin embargo, no fue sino hasta el siglo XIX que los venationes se convirtieron en un género de grabados en los que se ilustraban acciones de caza de “fieras salvajes” —reales o procedentes de bestiarios— en todo tipo de escenarios.