Las pinceladas, los cúmulos de color, las veladuras, la imprimatura son, por lo general, los instrumentos del pintor al momento de materializar una imagen percibida por la retina, un recuerdo del pasado o una proyección de un futuro imaginado; a veces dan forma a un movimiento interno del espíritu, o a la complejidad de una idea. En otros casos, como el de Juan Rodríguez Varón, el contenido temático resulta anecdótico, una excusa para aproximarse a la materialidad y al ejercicio pictórico. Trátese de un bodegón, de un paisaje, o de una abstracción, los lienzos de Rodríguez Varón hablan, de principio a fin, de pintura.