Cuando Lucio Fontana corta la superficie de sus pinturas propone una manera distinta de dibujar imágenes y, con ello, se hace evidente que las estrategias formales de la producción artística no son exclusivas a sus medios. La acción de cortar el lienzo se entiende como una línea que moldea la superficie, transformándola en un objeto escultórico.
De aquí en adelante, la relación forma-contenido abre pasajes que desbordan los límites y definiciones entre los diferentes medios artísticos. Antes concebidos como elementos inamovibles, llenos y plenos en sı́ mismos, los medios se abren, se desplazan y se vacían, dejando de contener y perpetuar significados para dejarlos circular. Y así, de este modo, la reflexión moderna en torno al medio como una finalidad en sı́ misma
deja de ser relevante.
Hoy por hoy, debido a la distancia histórica que hemos tomado frente al siglo XX, la pregunta por el dibujo, la pintura la escultura nos parece “superada”, e incluso se ha llegado a hablar de un arte «pos-medial». Sin embargo, hablar sobre la actualidad de cualquier cosa sólo es posible si somos conscientes de aquello que diferencia un antes de un ahora. Es así que un arte pos-medial sólo es posible si consideramos su condición
previa.