Beloved Future retrata las circunstancias, acciones, recuerdos y deseos de un verano en Nueva York.
Son fotografías que recrean un anhelo; un ejercicio para percatarse del tiempo; una narración que enlaza los instantes vividos y soñados en aquella ciudad cinematográfica, que contiene a la vez el pasado y el futuro en sus imágenes. En ella todo es posible: el amor y la guerra, la invasión y la desaparición. Perderse y encontrarse. Nueva York es un lugar en el que sientes que le hablas al mundo y a la vez desvaneces en sus multitudes. La ciudad ofrece una imagen visionaria y a la vez resignada de un futuro incierto. Como una fotografía que detiene un pedazo de hielo de su pronta desaparición en medio de una calle en un verano en la ciudad.
En Nueva York, una ilusión romántica se transforma en un desencuentro. Sin embargo, ese sueño rehúsa pasar al olvido y encuentra, a través de la imagen, la correspondencia anhelada. Esta proyección enlaza la evidencia con la posibilidad, la fotografía con la pintura. En ella la mancha se convierte en acción y sugiere un nuevo desenlace. De esta manera, el pasado y el futuro coinciden en un acopio temporal que le devuelve la continuidad a la imagen.
Beloved Future toma la inagotable imagen de Nueva York, donde los residuos urbanos y los tesoros de sus museos componen el escenario para una arqueología del futuro en medio de una narración autobiográfica.