1.000 dibujos es un proyecto del artista Esteban Peña, el cual se desarrolló por espacio de cuatro años. En él, Peña da una critica mirada a la manera en que están estructurados los programas de enseñanza de Historia del Arte en occidente, destacando lo subjetivos que pueden llegar a ser, pues de una manera caprichosa cada autor hace una selección, de lo que según su criterio, es más significativo. Asimismo, y ante la imposibilidad de muchas veces tener acceso directo a las obras seleccionadas para estudio, se debe recurrir con frecuencia a pobres reproducciones tomadas de libros que una vez fotocopiados numerosas veces van sufriendo una alteración de la imagen logrando que al final esta quede intervenida por el tonner, reduciéndose a manchas y formas apenas reconocibles.