El trabajo de Jaime Ávila se desarrolla a partir del interés en la ciudad y en la re/construcción de una geografía urbana que se articula desde el reconocimiento de las relaciones económicas que marcan la noción de propiedad. Su obra representa aspectos de un orden heterogéneo que propone otras descripciones del mapa, y en esa medida, diferentes maneras de entender y observar el territorio.
En Ciudad perdida, el artista continúa la investigación que lleva desarrollando desde el 94, cuando tuvo su primera exposición individual en la Galería Santa Fe. Para esa muestra, Ávila hizo un proyecto titulado “No toque la mercancía”, el cual hacía referencia al paisaje fragmentado, la cultura urbana y la ilegalidad en las calles. Ávila se interesó por los paisajes nocturnos aéreos y el contraste entre las construcciones lineales de las grandes ciudades y la estructura de montaña de la Cordillera de los Andes que caracteriza la geografía local.